El ser humano es más que solo un ser vivo con las capacidades básicas de nacer, crecer, reproducirse y morir, es reconocido como un ser ampliamente pensante, estos pensamientos que surgen de nuestra mente, son administrados por procesos neurales y químicos de nuestro cerebro además del entorno que nos rodea, los cuales se ven reflejados en nuestros actos o la falta de ellos.
El cerebro humano como el mismo libro comienza a citar en su primer capítulo titulado "El cerebro" ha paso por procesos evolutivos que lo han llevado hasta el sistema de funcionamiento que hoy tiene. Parte desde la premisa de que nuestro cerebro ha evolucionado en un sistema que agrega funciones sin volver obsoletas las que preexistentes, mostrado como este es capaz de adquirir conocimientos (cerebro cortical), reflejar emociones (cerebro límbico) y protegerse instintivamente (cerebro rin encéfalo) además de administrarlos voluntariamente de forma conveniente o no. El capitulo concluye abriendo paso a la idea de que no puede existir inteligencia emocional si nuestros sentimientos no están relacionados con nuestro raciocinio. La sociedad en la que vivimos nos sugiere adaptarnos a ella, ir en su corriente y sus cambios sucesivos. En cambio, los seres humanos no siempre nos adaptamos a estos cambios, la cultura, las creencias y el modo en que las vivimos también se ven involucradas, afectando la percepción de las realidades de las personas, que tienden a ser muy distintas entre sí. Pero existen ciertas constantes como las emociones, pasiones y sentimientos que todos tenemos y es necesario aprender a evaluarlos, gestionarlos, incluso comunicarlos para que nuestro cuerpo mejore su sistemas de supervivencia ligado al raciocinio, mejorando así nuestra conciencia y en consecuencia nuestra calidad de vida. Nuestro cerebro tiene funciones básicas que en sus formas más primitivas nos protegen y nos exponen indiscriminadamente, pero tenemos en nuestro poder la capacidad de programarlo y así no solo las emociones primarias como: el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el amor, la sorpresa, la repugnancia, la vergüenza, la culpa, sino también sus vertiente y nuestro comportamiento en una medida sana, no autodestructiva.
Por otro lado la inteligencia en si misma, ha sido un tema bastante controvertido, incluso hoy día se le sigue dando una importancia más relevante al modelo del cociente de inteligencia, llamado también inteligencia ejecutiva que a las demás formas de inteligencia expresadas por Howard Gardner en su libro "Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences" que nos habla de las diversas formas de inteligencia que hay a nuestro alcance como: inteligencia verbal, lógico matemático, espacial, kinestésica , musical, intrapersonal e interpersonal, etc. Pero cabe decir que todos las tenemos en diferentes medidas, nuestras inclinaciones y gustos las minimizan o exaltan, cada una se ve influenciada por zonas del cerebro más que de otras y estas producen emociones ligadas a la razón desarrollada influyendo en nuestro sistema de toma de decisiones, que a su vez se ven influenciados por otros factores como: el efecto Marco o efecto comprobación, que nos ayudan a la supervivencia, por el hecho de que son instintivos.
No podemos controlar lo que hacen otras personas pero podemos conocer las cosas que tenemos en común y superar las diferencias. El lenguaje debe ser expresado para que tenga efecto, saber cómo hacerlo es el reto en una sociedad diversa, pero la teoría antropocéntrica nos ha permitido estudiarnos para conseguir los mejores puntos de conciliación, comenzando desde nosotros mismos. Entender lo que nos sucede y como sucede es primordial para saber de qué manera comunicar nuestras ideas.
Si queremos mejorar nuestro modo de entender y comunicar nuestras ideas, emociones y sentimientos en base a la programación neurolingüística que es el sistema mejor calificado para lograrlo, debemos tener en cuenta los siguientes principios:
No podemos no comunicar.
Recibimos y procesamos la información a través de los sentidos.
Si lo que haces no funciona, haz otra cosa.
Solamente es cierto lo que creemos.
El cerebro acepta con más facilidad lo conocido.
Teniendo claro dichos puntos y como llevarlos a cabo. Deseamos la mejor de las suertes en su camino de mejorar su calidad de vida con respecto a su sentir y como comunicarlos a los demás.
Ana G. Padilla GES2C
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