Jorge Bucay, habla de muchos rumbos posibles hacia la felicidad. Todos sabemos que no es fácil pero no es imposible. Aunque tenemos problemas, siempre hay soluciones. De entre todas las opciones posibles siempre podremos encontrar una solución, aunque en algunos momentos no veamos la salida. Como bien dice Jorge, es nuestro desafío.
La manera para encontrar el rumbo y empezar a recorrerlo, siempre es empezar sólo. El último rumbo, solitario, personal y definitivo, es nuestro puente hacia los demás. El destino final es la felicidad, la autorrealización, la elevación, darse cuenta, la paz, el éxito, la cima, ... como cada uno quiera llamarlo. Todos sabemos, que llegar allí es un gran desafío. Hay personas, que se pierden en el trayecto y habrá también quienes encuentren un atajo y sean expertos guías para los demás.
Por mí experiencia, es importante pasar por estos cuatro caminos aprendiendo de cada uno de ellos:
El primero es el camino de la aceptación, de la responsabilidad sobre la propia vida. Se llama el camino de la Autodependencia.
El segundo el camino es el del descubrimiento del otro, del amor y del sexo. Se llama el camino del Encuentro.
El tercero, el camino de la perdida y de los duelos. Se llama el camino de las lágrimas.
El último, el camino de la completud y de la búsqueda del sentido. Se llama el camino de la Felicidad.
La capacidad para cambiar la perspectiva es, sin duda alguna, una de las herramientas más efectivas.
Dependemos de nosotros mismos, la felicidad es nuestra y depende de nosotros mismos.
CAMINOS PREVIOS AUTODEPENDENCIA AMOR Y DUELO.
El budismo dice: presta mucha atención a las actitudes que adoptamos ante nuestros enemigos, porque el odio puede ser el mayor obstáculo para el desarrollo de la felicidad. Para alguien que practica la espiritualidad, los enemigos juegan un papel crucial. Para alcanzar una práctica de amor y aceptación es importante la paciencia y la tolerancia. Si todos fuéramos capaces de aprender a ser pacientes y tolerantes, la vida sería mucho más fácil. No hay fortaleza mayor que la paciencia.
Lo único que de verdad tienes, es aquello que no podrías perder en un naufragio.
Thais Martinez GES2C
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