miércoles, 12 de enero de 2022

Optimismo y Salud de Luis Rojas Marcos

 

El libro trata de que cada ser humano interpreta el mundo de distinta forma (“la botella de la vida”). La perspectiva que tenemos de las cosas y las explicaciones que damos a los sucesos, en gran medida dependen de nuestra personalidad y forma de ser. Los genes también desempeñan un papel importante, pero también influye el ambiente y las circunstancias en las que vivimos.

Tener esperanza es pensar que lo que deseamos va a ocurrir, la esperanza suele reflejarse en la seguridad en uno mismo, es una condición necesaria para poder afrontar de manera positiva las pruebas a las que nos somete la vida.

Es importante tener en cuenta la estrecha vinculación entre el cuerpo y mente. La mente mantiene una conexión continúa con el cuerpo a través de los sistemas nerviosos y endocrinos. Las ideas y emociones que se cuecen en el cerebro se dejan sentir en los órganos. El estrés, la depresión persistente, impactan debilitando el sistema inmunológico, y nos hacen vulnerables. Por el contrario, el temperamento optimista alarga la vida de los enfermos crónicos.

Respecto al bienestar psicológico, lo primero a tener en cuenta es que lo más importante del mundo es uno mismo, los hombres y mujeres de cualquier edad que se valoran y aprecian a si mismos tienden a considerarse más felices. Las relaciones estables de cariño son una fuente de satisfacción en la vida y un antídoto muy fuerte contra los efectos nocivos de todo tipo de calamidades, por eso los seres humanos buscan sin cesar amor y ser amados.

En el ámbito laboral, el temperamento optimista infunde a las personas la esperanza de conseguir sus objetivos, la confianza es sus cualidades, el proceso de liberarse del rencor, del papel de víctima para pasar páginas dolorosas. En definitiva, un buen temperamento es bueno para la salud.

El dolor también tiene un gran impacto en nuestra vida, la función del dolor es servir de alarma ante un desarreglo físico y nos motiva a tomar medidas para solucionarlo.

Gracias a la gran capacidad humana de razonar, de aprender y de cambiar, las personas que se lo proponen e invierten su tiempo y esfuerzo, tienen la predisposición natural al éxito.



Mángeles Agullo GES2A

No hay comentarios:

Publicar un comentario